DESDE MI VENTANA, HUMO, PÁJAROS, ÁRBOLES. Claustro Alto del Museo Ciudad de Mula del 3 de diciembre al 8 de enero.

DESDE SU VENTANA. Moisés Yagües

 

“Fuera de casa el cielo por tejado.

Sin lumbre el mundo”

Marisa López Soria

 

Eva Poyato destaca por crear en sus obras una atmósfera de fábula en la que se recrea un mundo interior donde las vivencias personales se transforman. Los recuerdos salen a flote sobre un papel blanco o bastidor para contar siempre nuevas historias, un mundo lúdico que contiene su propio lenguaje con infinidad de símbolos. “Imaginario” reúne una selección de trabajos realizados estos últimos años. Eva imagina árboles, pájaros y casas con humo. Pájaros que simbolizan la libertad, que vuelan de aquí para allá. Pájaros que han sido siempre para los hombres elementos a la vez propios y ajenos, y que sólo nos pertenecen de verdad cuando vuelan libremente por encima de nuestras cabezas.

La casa está presente en muchas de sus creaciones. Casas que son  el alma del ser humano que la habita y que busca amparo de la intemperie. Casa como espacio humano, como símbolo de la persona, de la familia, de la sociedad. Nosotros volvemos una y otra vez a nuestra casa, que crece con nosotros, que respira y se transforma con nosotros y forma parte de nuestra esencia más íntima.  No se cambia de casa con ligereza, porque no es fácil abandonar el propio «mundo».

El árbol es un símbolo ancestral que representa una manifestación muy especial de las fuerzas y del poder divino. Ha sido venerado en todas las culturas y en todos los tiempos, y desde siempre estuvo íntimamente relacionado con el destino de los hombres. Los árboles, seres míticos que nuestros antepasados adoraban como espíritus de la tierra, representan la longevidad, la perduración, la profundidad tanto de los pensamientos como de los sentimientos. Hablando sobre su trabajo la escritora Raquel Lanseros  dice que “los árboles de Eva son dioses cargados de fruto, lares que velan por la paz de nuestra casa y que cobijan en primavera a los pájaros que vuelven para hacer nidos”. Pájaros que buscan al árbol y  árbol que busca al pájaro, para anidar en sus alas.

La escritora Marta Zafrilla también nos habla sobre Eva como “una poetisa del color, de cuyos pinceles echaban a volar pájaros silvestres y océanos de sueño”. Para Zafrilla “el visitante que se adentre en sus alianzas cromáticas se impregnará para siempre de historias sugeridas y de los finales sin inventar de personajes que parecen dialogar cuando el espectador no los mira”.

Una obra que combina la sencillez de elementos con la contundencia de las composiciones y el uso delicado de colores y formas. La sencillez  de extraer el jugo de la belleza misma de la realidad. Obras con las que pretende mostrar al público cómo el mundo que nos rodea puede simplificarse en poesía. Prepárense para disfrutar de la experiencia, presten ojos y oídos atentos. Exploren la composición equilibrada de la felicidad expuesta en cada obra y no dejen de observar con lente de aumento los detalles de sus cuadros, pues en ellos podrán encontrar sin duda el final de algún sueño propio que el destino gamberro les impidió conocer.  Las casas, el humo, los pájaros, los árboles  invadirán sus almas para siempre.

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